sábado, enero 19, 2008

Sharia

Llevo varios días intentando escribir sobre esto. El tiempo no me ha sobrado en estas semanas, así que estoy aprovechando un viaje de trabajo a Canarias para hacerlo.

La cuestión es la manifestación de la cúpula de la Iglesia Católica en defensa de su modelo de familia. Hay mucho que hablar sobre el tema, pero voy a centrarme en dos frentes: el lado cristiano y el lado sociopolítico del tema.

Los que me conocéis sabéis que, a pesar de mi actual agnosticismo militante, he tenido una educación católica (aunque del lado progresista de la Iglesia) y que he estado metido en harina hasta la frontera de los 20 en grupos cristianos, e incluso guardo por algún lado el título de catequista expedido por la Diocesis de Santiago. Tengo, pues, suficiente conocimiento de lo que dice el Evangelio como para discutir de primera mano sobre lo que está o no en los evangelios canónicos. Pues bien, las palabras de Jesus sobre la familia no son, precisamente, de defensa a ultranza del modelo tradicional. Jesus habla de dejar la familia en pro de la comunidad, rechaza a su madre y hermanos en favor de los que le siguen e, incluso, en la cruz, crea una familia sin lazos de sangre y sin figura paterna ("Mujer -María-, aquí tienes a -Juan-, tu hijo...")

De hecho, la misma jerarquía eclesiástica es la primera en rechazar para si mismos el modelo tradicional de familia. No veo, pues, a que viene tanto alboroto por parte de la Iglesia Católica en defensa de la familia, cuando ni Jesus lo promovió ni ellos dan ejemplo.

Más extraño es aún el principal caballo de batalla de su actual lucha: el matrimonio entre personas del mismo sexo. ¿Alguien me sabría explicar como el que se amplien los casos en que una relación entre dos personas alcance el estatus de matrimonio perjudica a las familias tradicionales?

Yo tengo una familia tradicional: estoy casado, nunca me he divorciado, tengo dos hijos con mi mujer nacidos dentro del matrimonio, mis padres llevan 40 años casados y mi abuelo falleció hace unos meses, tras 67 años casado con mi abuela. Hace unos meses, al poco de aprobarse la ley, mi amigo Jose Luis, a quien conozco desde la infancia, se casó con Marcos, su pareja desde hace ya unos cuantos años. Con Jose luis me llevo muy bien y, aunque no nos vemos todas las semanas, si considero que tengo una relación estrecha. Pues bien, su matrimonio sólo ha conseguido llenarme de alegría. No voy a dejar a mi mujer por un hombre, ni siquiera por otra mujer. Que ellos dos sean felices juntos, y con los mismos derechos que tenemos Conchi y yo, me parece un avance en la protección a la Familia, con mayúsculas.

Me preocupa la actitud de los Obispos (al menos, de algunos) en este tema. Pero me preocupa mucho más el hecho de que hayan considerado que la ley civil debe de subyugarse a la religiosa, aunque fuese mayoría (que no lo es) los que la apoyasen. En ciertos paises musulmanes, la Ley Islámica, la Sharia, es la base de la ley civil. No permitamos que la ley católica sea la base de la nuestra. Por mucho que griten.

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