lunes, diciembre 24, 2007

Piratas del Caribe

Vía Barrapunto, llego a esta noticia del New York Times, que no deja de ser sorprendente y, de confirmarse todo el proceso legal, puede cambiar el mundo de la propiedad intelectual de forma radical.

El tema se inicia hace unos años, cuando Estados Unidos saca una ley prohibiendo el juego online dentro de su territorio. Como muchos sabréis, el juego es un tema que los norteamericanos tienen muy limitado, restringido excepto en ciertos estados, como Nevada y su capital, Las Vegas, o privilegio de ciertos colectivos, como algunas tribus indias. Los casinos a través de internet alojados en el extranjero le estaban haciendo una competencia muy grande a los privilegiados de estos permisos, y el Congreso lo "solucionó" sacando la mencionada ley. Esta obliga a los ISP y a los medios de pago (VISA,...) a impedir el acceso y el pago del juego online.

Antigua y Barbados, pequeño pais del Caribe, es conocido por sus playas cristalinas y por ser el centro de una pujante red de casinos online. Ante la restricción legal para que estos (segunda fuente de ingresos del país) pudiesen operar en Estados Unidos, Antigua y Barbados presentó una queja ante la Organización Mundial del Comercio (WTO). Esta ha concluido que, efectivamente, la ley americana supone una grave limitación para el comercio del pais caribeño, y le da a este el derecho a usar la propiedad intelectual norteamericana en materia cultural sin necesidad de permiso. Esto supone, en la práctica, que hay, de nuevo, un "nido de piratas" en el Caribe.

Por supuesto, Estados Unidos ha apelado la decisión y ha "advertido" a Antigua y Barbados que no debe vulnerar los derechos de sus autores. Sin embargo, esto se une a las medidas adoptadas por otros paises, como Brasil, revocando las patentes de ciertos medicamentos contra el SIDA alegando emergencia sanitaria. El cuadro general es que la propiedad intelectual ha dejado de ser un sancta sanctorum a nivel internacional y se ha reconocido que puede limitarse y, llegado el caso, anularse para el beneficio público.

Ignoro si, al final, esto derivará en la aparición de paraisos de datos, pero el mundo se parece cada vez más al presentado por Bruce Sterling en Islas en la Red de 1988. Aconsejo, sin duda, la lectura de este libro. Si no lo dais localizado, preguntad en el Caribe.