domingo, julio 29, 2007

Tres (o más) veces en la misma piedra

Estados Unidos tiene una larga trayectoria de meteduras de pata en lo que a "apoyo militar" (léase armar y entrenar) a grupos y paises equivocados se refiere. En su afán de atacar a sus enemigos sin mancharse demasiado las manos, ha mantenido políticas de apoyo que luego se le han vuelto en contra. Dos de las más recientes le han saltado en la cara de una forma escandalosa.

Cuando en los ochenta la Unión Soviética invadió Afganistán, el gobierno americano apoyó, entrenó y armó a quien, a la postre, iba a convertirse en su enemigo número uno: Bin Laden y Al Qaeda. También por esas fechas no tuvo reparo en proporcionar apoyo a un Saddam Hussein con el fin de frenar al Irán de los ayatolahs.

La noticia de hoy nos retrotrae a esas épocas: aumenta e proceso de armado de una de las más duras y crueles dictaduras religiosas del mundo. Arabia Saudí es todo lo opuesto a una democracia occidental: monarquía absoluta, la sociedad civil gobernada por la ley religiosa, tortura, mutilaciones y ejecuciones públicas por delitos menores o por faltas morales y, sobre todo, es el gran patrocinador del integrismo islámico a nivel mundial. Las madrasas pagadas por el petrodólar saudí son el principal vivero de terroristas radicales del mundo. En ellas la enseñanza se restringe casi en exclusiva al Corán, que se aprende de memoria sura a sura. Y no se de quien es la frase, pero tiene razón : Sólo hay algo peor que alguien que no ha leido nunca un libro: el que ha leido sólo uno..

Intentar hacer política a base de las armas siempre es peligroso. Pero si encima armas al que hace gala de un modelo social y político integrista y totalmente opuesto al tuyo, el peligro se convierte en estupidez. En una estupidez muy peligrosa.

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